En una decisión controvertida, el Brasil aprobó la importación libre de impuestos de unas 750.000 toneladas de grano de trigo de otros países no pertenecientes al Mercosur. Está en vigor desde el 1 de enero pasado, y quienes se dedican al negocio de los granos lo vinculan a la pérdida de confianza de la Argentina como proveedor, debido a los frenos, aunque temporales, de las exportaciones de maíz.
Argentina es el principal proveedor de trigo del Brasil. El año pasado cubrió el 90% de la demanda. Y hay que recordar que no es la primera vez que Brasil abre su mercado de trigo a países que no pertenecen al Mercosur. Este es el caso casi todos los años. Pero en este 2021, es digno de mención que la decisión se toma en esta fecha. Y los que están en el negocio lo relacionan con el cierre de las exportaciones de maíz decidido por Argentina el 30 de diciembre del año pasado. La mayor parte del trigo que el Brasil importará proviene de los Estados Unidos.
“Con la supuesta intención de proteger la mesa de los argentinos, se está dañando la confiabilidad del país como proveedor de alimentos”, dijo un exportador con fluidas relaciones comerciales con el vecino y socio.
Los exportadores creen que la nueva decisión está relacionada con la falta de seguridad de Argentina. “Las exportaciones de maíz se detienen, sabiendo que es un grano, la duda del mercado internacional, si no ocurrirá lo mismo después con el trigo”, dijo de un multi a nuestras fuentes solicitando el anonimato.
Por lo tanto, la suspensión del registro de exportación de maíz hasta marzo, a pesar de las sospechas y la tensa relación entre el gobierno de Bolsonaro y la Casa Rosada, tiene un alto costo en términos de fiabilidad.
El punto III de la decisión denominada GECEX 135/20 de la Cámara Brasileña de Comercio Exterior establece que a partir del 1º de enero de 2021, las alícuotas de grano de trigo de terceros países fuera del Mercosur se reducirán a cero y con un volumen de hasta 750 mil toneladas.
Y por si hubiera alguna duda, la resolución aclara que las importaciones de los países con los que el Brasil tiene acuerdos comerciales que prevén el libre comercio de trigo no podrán beneficiarse de este cupo. Esta es una clara referencia a Argentina.
Mientras tanto, el gobierno aún no ha decidido revertir la restricción del maíz. El Consejo Agroindustrial, que agrupa a toda la cadena de producción, ha presentado un informe detallado al Ministro de Agricultura, Luis Basterra, en el que se afirma que hay unos 9 millones de toneladas del grano en existencias hasta la próxima cosecha de marzo. Y que las necesidades de la industria de los piensos y de las industrias avícolas y porcinas requerirán como máximo unos 3 millones de toneladas.
Este cierre del registro de exportaciones habría sumado incluso la opinión negativa del Ministro Plenipotenciario de Economía, Martin Guzmán y del Ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, según el Consejo de Agronegocios.
A su vez, la medida llevó a una huelga en el campo con la suspensión del comercio de granos, que comienza este lunes.
En cuanto al trigo, las ventas de grano argentino al Brasil establecieron un récord en 2018, alcanzando los 6 millones de toneladas, un volumen que ahora ronda los 5 millones de toneladas y que se vería amenazado por esta apertura al trigo de otros destinos. Por cierto, el 90% del trigo que Brasil importa proviene de Argentina, y las 750 mil toneladas ahora autorizadas representan el 6% de las necesidades del país vecino. Pero a pesar de un porcentaje que puede parecer escaso, afectaría al precio.
Cada año, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil resiste la presión de Abitrigo, que reúne a los importadores brasileños que quieren importar el grano a precios más bajos de países que lo subvencionan, como Canadá. Según se informa, una fuente de Itamaraty dijo a los exportadores argentinos que perdieron gran parte de su argumento tras el cierre del mercado de maíz.
Fuente: Clarin