La administración de Javier Milei redefinió su estructura luego de la victoria en las urnas. La nueva mesa de seis integrantes, los liderazgos en ascenso y una estrategia renovada para negociar con gobernadores.
Resultaba paradójico que el Gobierno se automartillara tanto después de haber conseguido semejante triunfo a nivel nacional. En los días posteriores a las elecciones nacionales, las noticias sobre los cambios en el Gabinete y las operaciones internas eran más resonantes que cualquier otro asunto de gestión. No era menor, ya que realmente todas las tribus libertarias marcaban que debía clarificarse la dinámica interna de poder.
Este domingo dista mucho del anterior. De a poco, la cúpula de del gobierno de Javier Milei comenzó a funcionar bajo nuevos términos y condiciones que, en mayor o menor medida, fueron aceptados por todas las partes.
El Gobierno busca aprovechar la nueva luna de miel que consiguió a raíz del resultado electoral. Con más del 40% de los votos nacionales y con victorias en más de una docena de provincias, la Casa Rosada tiene otro semblante para sentarse frente a los gobernadores. Tiene un nuevo aire fresco hacia la sociedad (aunque puede torcerse fácilmente frente a vicisitudes) y bloques propios en ambas cámaras del Congreso que están mucho más fortalecidos que antes.
Con ese panorama, hay liderazgos internos que parecen haberse clarificado. Más que nunca, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, se consolida como la directora de la orquesta.
Hay dos karinistas puros que controlan sus respectivas esferas. En el ámbito del Poder Ejecutivo, Manuel Adorni, que se perfila para concretar esta semana los cambios clave en la estructura de la Jefatura de Gabinete. En la Cámara de Diputados, Martín Menem sostiene una posición central, a la que se suma el fortalecimiento de Eduardo “Lule” Menem como armador nacional y de Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires. El éxtasis de algunos integrantes del entorno de Karina es tal que aseguran que “el triángulo de hierro murió”.
Se confirmó que en el Senado la jefa de bloque será Patricia Bullrich, designada para operar allí en nombre de la Casa Rosada. No le dieron la Presidencia Provisional, algo que seguramente tenga la neuquina Nadia Márquez. “Tiene sentido porque son funciones estrictamente diferentes”, indica una fuente de LLA que integrará ese recinto en semanas. En el diálogo con los gobernadores ya aparece con esa responsabilidad el próximo ministro del Interior, Diego Santilli. Podría jurar esta semana para terminar de materializar su ascenso en la estructura libertaria.
Durante la semana hubo un diálogo entre Caputo y Santilli, se buscó dejar en claro las conversaciones que iba a empezar a establecer este último con los gobernadores. Los jefes provinciales conversan con ambos, pero Santilli está en diálogo más formalmente con Manuel Adorni para comentarle los avances de las próximas rondas de negociación.
Por esta semana se conocerá cómo se estructurarán finalmente la Jefatura de Gabinete y el Ministerio del Interior. Adorni se quedará con la secretaría de Turismo, Ambiente y Deporte, con Daniel Scioli al frente; y se anexará la Secretaría de Comunicación y Prensa. Posteriormente, Adorni prevé hacer una simplificación importante de direcciones -nacionales y generales- en diferentes áreas que le fueron heredadas de la gestión de Guillermo Francos.
En tanto, el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, seguirá en el cargo a pesar de que ya estaba preparándose para irse por razones de salud y de carácter familiar. Karina Milei le pidió que se quede y todavía es desconocido cómo se puede reformular esa área. De lo que no cabe duda es que Santiago Caputo es quien digita qué es lo que se hace y qué no a través del secretario de Justicia, Sebastián Amerio.
Fuente: Infobae