Cae la operación contra Sáenz

Cae la operación contra Sáenz

Salieron a la luz los chat con D’Alessio y Stornelli, los mismos fueron certificados y presentados en el juzgado federal de Dolores, donde el juez, Alejo Ramos Padilla, desvinculó al salteño y procesó al abogado

Como personas con una relación superficial y de cortesía, así fueron las conversaciones entre el intendente, Gustavo Sáenz, el fiscal federal, Carlos Stornelli y el abogado, Marcelo D’Alessio, este último procesado con prisión preventiva. El salteño mostró, vía redes sociales, los chats con el abogado y el fiscal, en los que el cruce de palabras no superó un trato ameno entre ellos. La operación contra el Intendente capitalino llegó a su fin.

Tras conocerse el fallo del juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, quien procesó con prisión preventiva al abogado, Marcelo D’Alessio y desligó al intendente de la ciudad de Salta, Gustavo Sáenz, de una supuesta red delictiva que se dedicaba a extorsionar a testigos y empresarios vinculados a la causa de los cuadernos, el jefe comunal se expidió vía redes sociales. El Intendente salteño afirmó, desde el inicio de la operación en su contra, que no tenía vínculos cercanos con Stornelli ni con D’Alessio, tal como resolvió el magistrado.

Además, Gustavo Sáenz, como generalmente lo hace, utilizó sus redes sociales para mostrar las conversaciones que tuvo con el abogado y el fiscal, a fin de echar por el suelo la maniobra que advirtió el entorno del salteño.  “A los canallas que armaron esta operación mafiosa que Dios los perdone, a los que creyeron en mí, mi eterno agradecimiento…”, fueron solo algunas palabras del Intendente de la ciudad al respecto, quien también compartió parte del fallo del juez, Ramos Padilla.

En los chats entre ellos, los cuales fueron certificados y presentados en la Justicia Federal, se puede apreciar que hay una relación amena, pero digan de personas que se conocen superficialmente y no va más allá de la cordialidad, en los que se comparten artículos de sitios digitales salteños. El jefe comunal advirtió desde el inicio de la polémica, que se había encontrado con estas personas en Pinamar y que solo compartieron un café.

En relación con Gustavo Sáenz y su presencia en dicha reunión, cabe referir que a excepción de su presencia en la misma mesa junto con D’Alessio y Etchebest no existe una sola probanza en el expediente que lo sindique como partícipe de las maniobras que se investigan, a excepción de los dichos del propio imputado en sus conversaciones con el denunciante en las que lo señalaba como el “cajero” del fiscal, lo que a la luz de la orfandad de otros elementos objetivos independientes que concuerden con los mismos, admiten concluir que esas referencias formaban parte del ardid propio de la maniobra extorsiva que se hallaba llevando adelante.

Por lo demás, el letrado apoderado de Gustavo Sáenz acompañó un descargo espontáneo del nombrado en el que señala que se encontraba en Pinamar en viaje vacacional junto a su familia y que en ese corto período de tiempo conoció casualmente a Stornelli, que ese vínculo nunca superó “la instancia formal de la cortesía” y que, con posterioridad, lo cruzó “en un par de ocasiones”. Continuó explicando que el día “8 de enero de 2019 ingresé cerca de las 11 de la mañana a la confitería del Balneario CR, y advertí la presencia de Stornelli que se encontraba con una persona que yo no conocía.

Cuando lo saludé me invitó amablemente a compartir un café. Allí conocía a D’Alessio y desconozco el tenor de la charla previa que éste sostuvo con Stornelli. Nuestra conversación transitó por temas banales propios de quienes apenas se conocen y nos cruzamos los números de teléfono celular luego de que los invitara a conocer la ciudad de Salta”.

A dicho descargo escrito se acompañó además –de modo similar a lo realizado por Etchebest- un acta notarial en la que se certificó el contenido de los mensajes vía WhatsApp registrados en el aparato celular de Sáenz que intercambió con Carlos Stornelli y con Marcelo D’Alessio. De su lectura se observa que ellos se iniciaron el mismo día 8 de enero y tienen las características típicas de aquellos enviados por quien da a conocer su nombre para que su número de abonado celular pueda ser identificado y registrado en el celular del receptor del mensaje (ver fs. 591/605).

Luego de esa reunión con Stornelli, Etchebest y D’Alessio emprendieron su viaje de regreso. Allí es donde definitivamente el imputado le señala que debe abonar 300.000 dólares para salvar su situación en la causa y le refiere que al haberle dado la mano al fiscal se había sellado el pacto. Luego le exhibe un cuaderno con el número “300” y le señala que es el número que había puesto Stornelli. Poder Judicial de la Nación

Fuente: elintra.com

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