Alberto deberá lograr la misma unidad que tuvo el FDT en las elecciones para tener 128 diputados propios y quedar así a uno del quórum. Qué pasa en Senado.
Alberto Fernández asumirá el 10 de diciembre con un Congreso al borde de la mayoría propia, con amplia ventaja en el Senado y apenas a un voto del quórum propio en Diputados. El desafío extra que tendrá el Frente de Todos es el de gobernar mostrando la misma sintonía que tuvo en la campaña electoral. Las diferencias internas que pudieran surgir en un espacio con posiciones disímiles en los últimos años pueden obligar a los líderes de la bancada a redoblar los esfuerzos para conseguir la aprobación de las leyes. El sorpresivo resultado electoral afectó en gran medida el escenario en la Cámara de Diputados, ya que el Frente de Todos perdió por lo menos 8 diputados de los que preveía ganar según el reparto de bancas que otorgaba las PASO. Así, pasó de proyectar sumar hasta 136 diputados (sumando todos los bloques hoy dispersos que apoyaron al Frente de Todos) a 128, apenas uno menos de los 129 que se necesitan para poner en marcha una sesión. El misterio es cómo terminarán integrándose cada bloque. El más grande será el del Frente para la Victoria, con poco más de 70 diputados. Lo sigue Argentina Federal, que responde a gobernadores, que deberán decidir si mantienen su autonomía o se integran al mismo bloque. Son unos 25. El massismo, en tanto, tendrá 9 diputados propios. ¿Lo reducido de ese bloque será ese un impedimento para Sergio Massa para presidir la Cámara de Diputados como se prevé o primarán los acuerdos políticos? Entre los 128 también se cuentan los 6 del Frente Cívico Santiagueño, los tres puntanos (¿cómo jugarán los hermanos Rodríguez Saá, que ambos terminaron apoyando a Alberto Fernández?), y 5 de Red Argentina (el bloque que armaron Felipe Solá, Facundo Moyano y el Movimiento Evita), entre otros.
Por el contrario, Juntos por el Cambio tendrá un fuerte alza, pasando de 110 a 120 diputados. Las marchas del “Sí, se puede” le dieron sus frutos al macrismo, que logró sumar 6 diputados más de lo previsto y tendrá dos diputados más que el radicalismo (50 a 48). También la Coalición Cívica tendrá un fuerte alza y su bancada será de 15 miembros. Habrá 7 diputados de extracción peronista o aliados (como Luis Juez o Alberto Assef) que hay que ver qué posición asumen siendo oposición. Para el lavagnismo y la izquierda la elección resultó una decepción. Consenso Federal sólo logró meter dos diputados en la provincia de Buenos Aires (Graciela Camaño y Alejandro “Topo” Rodríguez), pero se quedó afuera Marco Lavagna en CABA y Pablo Kosiner (de Juan Urtubey) en Salta. La izquierda aspira a que el escrutinio definitivo le permita pasar el piso del 3% del padrón y así poder meter a Néstor Pitrola en el Congreso. Caso contrario, quedará solamente con los diputados que tienen mandato hasta 2021. Myriam Bregman no tuvo suerte con la campaña de corte de boleta y quedó afuera en la Ciudad.
En el Senado, el peronismo, como de costumbre, gobernará con una mayoría más holgada, con 42 senadores nucleados en el Frente de Todos. El quórum se logra con 37, por lo que tendrá margen para manejar los tiempos de la Cámara alta. Allí, crece fuertemente el peso del kirchnerismo más duro, que pasa de tener una bancada de 9 a una de 17 (aunque habrá que esperar para ver cómo se conforma cada bloque o si finalmente hay uno solo). Según las PASO hubiese ascendido a 43 bancas, pero perdió en Entre Ríos, por lo que le corresponderá solo la banca de la minoría.
Juntos por el Cambio, en tanto, tendrá 28 senadores, con un crecimiento de la representación del radicalismo, que pasará de los 13 actuales a 16. Habrá que ver cómo se da la convivencia entre Martín Lousteau con los radicales del interior que manejan los hilos de ese bloque hace años. El PRO, en tanto, cae de 9 a 8 senadores. Tanto Juan Carlos Romero (Salta) como Lucía Crexell (Neuquén) llegan con listas de Juntos por el Cambio pero también habrá que ver la posición que asumen.
Fuente: Perfil.com