También asistirá el gobernador bonaerense electo Axel Kicillof
A las 11 de la mañana está previsto que Alberto Fernández brinde su primer discurso como presidente electo en la CGT. Será en el histórico edificio ubicado en la calle Azopardo al 800, en la Ciudad de Buenos Aires. Estarán presentes los principales dirigentes gremiales, e intentarán dar una muestra de la “unidad sindical” solicitada por el referente del Frente de Todos durante la campaña electoral, y después de haberse alzado con el triunfo en las urnas.
No serán los únicos. Buena parte del espectro político del justicialismo también dirá presente. Axel Kicillof y Verónica Magario, la formula que desbancó a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, ocuparán un lugar destacado.
Héctor Daer (Sanidad), uno de los dos secretarios generales de la central obrera, amigo y referente de Fernández en el mundo gremial, los invito de manera personal.
También se cursaron convites a medio centenar de dirigentes vinculados al peronismo. Desde los jefes del justicia nacional y de la provincia de Buenos Aires, José Luis Gioja, y Fernando Gray, respectivamente, a gobernadores afines, como el tucumano José Luis Manzur, e intendentes como Alejandro Granados, de Ezeiza, Gustavo Menéndez, de Merlo, entre otros.
La decisión de Daer y “los gordos” de la CGT, como Armando Cavallieri (Comercio), de cursar invitaciones a referentes políticos -en consenso con Fernández- no cayó muy bien entre algunos sindicalistas que están fuera de la conducción cegetista y que se enteraron por el boca a boca.
Uno de ellos es el secretario general de camioneros, Hugo Moyano. El líder sindical había declarado durante la semana que no se presentaría al acto porque no lo invitaron. Sin embargo decidió dar el presente en vez de quedar marcado como uno de los grandes ausentes.
El gastronómico Luis Barrionuevo, y titular de la CGT Azul y Blanca, ya anticipó que comiencen el encuentro sin él, porque no le daría el gusto a Fernández de escucharlo de cerca y aparecer en la foto junto al presidente electo. Al menos por el momento.
Barrionuevo apoyó política y económicamente al candidato presidencial Roberto Lavagna, el ex ministro de Economía que quedó tercero en las pasadas elecciones generales del 27 de octubre.
Tampoco estarán los gremios enrolados en la CTA y ATE, ya que no forman parte del Confederal de la CGT. Sin embargo, Roberto Baradel, el titular de SUTEBA, el gremio docente bonaerense le aseguró a Infobae que tanto él como Hugo Yasky, ven con muy buenos ojos que Fernández se reuna con el plenario de secretarios generales de la central obrera más importante de la Argentina, como también lo hizo al estar presente durante el encuentro que Yasky organizó en el micro estadio de Lanús cuando solicitó que la CTA regrese a la CGT después de 27 años de alejamiento.
El acto de hoy, será una muestra de poder. La mayor parte del movimiento obrero recibiendo en su sede al presidente electo después de su gira por México.
“Será un acto, no un plenario del secretariado general. El único que va a hablar va a ser Alberto y nosotros lo vamos a escuchar”, puntualizó ante Infobae uno de los dirigentes gremiales de peso y con peso específico propio dentro del gremialismo.
¿Reunificación de la CGT?
Los principales popes de la CGT, como Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (estacioneros de servicio) -quien responde al Barrionuevo-entienden que el encuentro será el primer paso para una nueva unificación de la central de los trabajadores.
Por otra parte, Sergio Palazzo (Bancarios) –otro de los referentes “Albertistas” dentro del gremialismo- aspira a que se llegue a esa meta aunque es menos entusiasta al respecto.
“Alberto Fernández tiene claro hacia dónde va, pero va a tener dificultades económicas muy fuertes; sin embargo, le ha tocado ser piloto de tormentas con Néstor Kirchner en 2003 y demostró que podía. Por lo menos, esa garantía la tenemos”, expreso el referente de la Corriente Federal de Trabajadores, días atrás. Y agregó: “No hay margen para salir de la crisis sin las organizaciones políticas y sociales”. También insistió en la necesidad de lograr “un acuerdo social”.
Kicillof, uno de los grandes ganadores en las elecciones de octubre al desbancar a María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires, llegará acompañado de Palazzo. Está previsto que ambos salgan juntos en auto desde la sede de La Bancaria alrededor de las 10 de la mañana.
De hecho ayer, los gremios de la Corriente Federal, agasajaron al ex ministro de Economía de Cristina Fernández de Kirchner (vicepresidenta electa) en la sede de la Federación Gráfica Bonaerense, cuyo secretario general es Héctor Amichetti. Entre otros gremios, esa corriente gremial está integrada por el sindicato de la televisión, el Sindicato Argentino de Docentes (SADOP), Curtidores, Farmacia, APLA, SITRAJU, APSE y los ya mencionados bancarios.
Todos ellos asistirán también mañana a la CGT a escuchar el mensaje que les dejará Fernández. Se espera que, al menos de las puertas hacia afuera, el presidente electo esboce cuáles serán los principales lineamientos en cuanto a la producción, el trabajo y el entendimiento que impulsará con los gremios y las principales cámaras empresarias.
De las puertas hacia adentro, los dirigentes sindicales habrán logrado el efecto esperado, más allá que Fernández cumpla o no con las expectativas discursivas.
Habrán logrado mostrar fortaleza, poder, y una pretendida unidad, no solo hacia la sociedad y la oposición política que pretende encabezar el saliente Presidente de la Nación, Mauricio Macri; sino también a Alberto Fernández, el mismo que solicitó una tregua en las disputas palaciegas de poder entre gremios que pretenden ser antagónicos.
Fernández también podrá sacar pecho. Aparecerá en el centro de escena rodeado de la plana mayor del gremialismo nacional. Este dato no es menor, en vista a lo que se viene y que no será nada sencillo, mucho menos sin un pacto social entre sindicatos y gobierno que también incluya a los movimientos sociales y otras centrales obreras, como la CTA, que no fueron invitados al encuentro ya que no forman parte de la CGT.
La asistencia será impactante. En la primera línea estarán distribuidos los principales dirigentes de la central obrera: es decir, “los gordos”, como Cavlieri y el propio Daer; los “independientes”, encabezados por Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias); Carlos Orlando Bonjour (UTEDyC); los referentes del MASA, encabezados por Omar Viviani (Peones de Taxis) y Norberto Diprospero (asociación Personal Legislativo).
También estarán en el retrato Omar Maturano y Roberto Fernández (Transporte-CATT); Sergio Sasia (Unión Ferroviaria); el jefe de la UOM, Antonio Caló; el secretario general de Peones Rurales de la UATRE, Ramón Ayala; Víctor Santa María del SUTHER y jefe del PJ Capital y Hugo y Pablo Moyano.
Los sectores hasta aquí mencionados no serán los únicos que asistirán a escuchar las palabras de Fernández. Entre otros, también darán presente los integrantes gremiales del partido ParTe (Partido del Trabajo y la Equidad) como Leonardo Nazarre, el joven Secretario General del Sindicato Único de Trabajadores de Control de Admisión y Permanencia de la República Argentina.
Parte es el partido político que el presidente electo fundó en 2012 junto al actual titular de la agrupación, Hernán Torres Guerrero. El silencioso operador de Fernández en la provincia de Buenos Aires fue otro de los políticos que recibió la invitación de Daer para asistir al edificio de la calle Azopardo.
En el acto de hoy, como pocas veces, quedará explicitado en las caras y en las fotos de rigor que los diferentes sectores sindicales coinciden en su apoyo y respaldo al presidente electo; pero sin embargo, y tan cierto como eso, es que aún están a flor de piel las diferencias que los enemistaron durante años: las posturas presuntamente más “dialoguistas” en algunos casos, y más “combativas” en otros con el gobierno que dejará el poder en un puñado de semanas.
Además de estas cuestiones, en el movimiento obrero que orbita alrededor de la CGT hay una tercera cuestión de fondo. La elección de una nueva conducción cegetista. Las actuales autoridades tienen mandato hasta el 8 de agosto de 2020. Sin embargo, según pudo saber Infobae, Moyano quiere una nueva conformación de la central obrera –con él adentro, de ser posible- a màs tardar para marzo de ese año.
Hasta ahora, la mayoría del confederal de la CGT, e inclusive de quienes no forman parte de él, estiman que eso será muy poco probable. Aunque nada es imposible. Héctor Daer, Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento, referente de Moyano) y Carlos Acuña asumieron el control de la CGT en agosto de 2016. El mandato dura cuatro años. En ese entonces, el naciente triunviro reemplazaba a la trifecta compuesta por el metalúrgico Antonio Caló, Hugo Moyano y el gastronómico Luis Barrionuevo. Pero a dos años de andar, los camioneros de Moyano dejaron su cargo en el confederal, se alejaron de la central obrera y arrastraron, entre otros, a Schmid.
La fractura en el triunvirato terminó de resquebrajarse en febrero de 2018. Sucede que el camionero llamó para el 21 de febrero a una marcha contra las políticas “económicas, anti obreras y neoliberales del presidente Macri”. La masiva movilización fue apoyada, por ejemplo, por los canillitas de Omar Plaini, Los Cerveceros liderados por Carlos Frigerio, Schmid, los trabajadores estatales de la Ciudad de Buenos Aires de Amadeo Genta, los Judiciales de Julio Piumato, los Panaderos de Abel Frutos y, entre otros, los bancarios de Palazzo, además de la CTA, ATE, SUTEBA y los Metro delegados del Subte y el Pre Metro, entre otros.
La conducción de la CGT no adhirió, y eso pesa en el recuerdo de los ambas facciones. Aunque hay quienes rememoran que varios gremios -bancarios, metalúrgicos, y por supuesto las CTA- estuvieron en la calle antes del llamado de Moyano.
Visto así, parece poco probable que la ansiada unidad solicitada por el nuevo inquilino de la Casa Rosada se consolide. Pero siempre hay margen para el error de apreciación. Lo cierto es que hoy, y con el denominado “pacto social” por medio, una atiborrada CGT recibirá a Fernández.
Más allá de todas las especulaciones y declaraciones, desde este mediodía se comenzará a evaluar el clima interno para avizorar se la unidad total -o casi- del movimiento obrero es posible de cara al inicio de la gestión de Alberto Fernández.
Fuente: Infobae