El sistema acusatorio, que arrancó el 10 de junio, ya está dando sus frutos en Salta y Jujuy.Los casos resueltos se lograron en las primeras 5 semanas. Y avanzan otras 27 causas.
En la medianoche del 4 de julio pasado, en un control caminero del paraje El Cruce (entre Embarcación y General Ballivián) agentes de Gendarmería descubrieron un paquete con poco más de 5 kilos de cocaína en la bodega de un colectivo. El dueño de esa encomienda que iba rumbo a Tucumán seguía la carga narco en otro ómnibus que luego fue interceptado en el mismo puesto. El traficante fue detenido y tan solo 11 días después, el 15 de julio, recibió condena, con sentencia firme, de cuatro años de prisión por parte de la Justicia Federal de Orán.
Esa fue la primera sentencia que se logró en Salta tras la implementación del nuevo Código Procesal Penal en el ámbito federal. Con el anterior sistema para llevar adelante las investigaciones y los juicios, denominado inquisitorio, llegar al mismo final hubiese llevado, con suerte, varios meses y en otras causas más complejas, años.
El flamante Código Procesal entró en vigencia el 10 de junio pasado en las dependencias federales de la capital salteña, Orán, Tartagal y San Salvador de Jujuy para poner a prueba el sistema acusatorio que luego se extenderá, de manera paulatina, en el resto de las jurisdicciones del país.
La presidenta de la Cámara Federal de Apelaciones de Salta, Mariana Inés Catalano, detalló a El Tribuno los avances en la puesta a punto del nuevo método que revoluciona la forma de hacer Justicia, y lo que está pendiente para mejorar su aplicación.
Es que el sistema no arrancó de manera óptima. Están en marcha obras y hay en carpeta otros proyectos para acondicionar gran parte de la estructura edilicia que requiere la nueva metodología. Lo mismo ocurre con los recursos humanos que se necesitan, sobre todo para el Ministerio Público Fiscal Federal, que se van incorporando paulatinamente.
A pesar de esas dificultades, que se las esperaba de antemano, la jueza Catalano aseguró que están en «buen camino» y ya se está viendo un «cambio cultural» en la forma de hacer Justicia.
Destacó que desde el 10 de junio hasta el 15 de julio ingresaron 30 casos a las oficinas judiciales de Salta y la vecina provincia que avanzaron rápidamente en sus trámites y se lograron tres sentencias: la de Orán ya relatada y otras dos en Jujuy. Las tres condenas se resolvieron por juicio abreviado, en el que las partes llegaron a un acuerdo y aceleraron los procesos.
«Esto demuestra que se cambia la cultura de la litigación, de las partes. El fiscal que actúa, que ahora es el mismo que investiga, es el que actúa desde el comienzo de la recepción de la denuncia o desde que se forma la investigación hasta el final. Entonces él mismo no chicanea innecesariamente. Las partes se ponen de acuerdo porque ya no les sirve multiplicar las presentaciones. El hecho de la oralidad y de la unidad de actuación de los fiscales genera que la litigación sea sustantiva, es decir que las partes plantean lo que verdaderamente tienen que plantear, no hacen planteos superfluos o dilatorios con el objeto de ganar tiempo», explicó Catalano.
El principal componente del modelo acusatorio o «adversarial» es la oralidad, que implica menos burocracia y, por lo tanto, procesos más rápidos, sencillos y transparentes. Con el anterior código, el inquisitorio, eran los jueces de instrucción los que dirigían las investigaciones. Desde el 10 de junio eso cambió y el rol protagónico en las investigaciones lo asumen los fiscales y los jueces se dedican solo a juzgar.
«Es notable cómo mejoró el sistema y también se protege a la víctimas, quienes ahora tienes derecho a apelar, se les da una mayor participación que antes, que eran convidados de piedra», destacó la magistrada.
Fuente: El Tribuno