Odontólogos y oftalmólogos piden que se cubran las consultas de urgencias

Odontólogos y oftalmólogos piden que se cubran las consultas de urgencias

 Son los más expuestos. Reclaman a las obras sociales que absorban costos.

El sistema sanitario quedó en suspenso en medio de la pandemia. Todo lo que funciona está relacionado con el virus que tiene en vilo al mundo. Controles de temperatura en las rutas, análisis diarios de laboratorios, protocolos que se activan en hospitales y clínicas ante cada paciente que llega con algún síntoma relacionado con COVID-19 y médicos que repasan las medidas de bioseguridad y al mismo tiempo exigen insumos de calidad.

Con la población aislada en sus casas se pudieron cambiar hábitos, y se pusieron en espera muchísimas actividades programadas. Pero lo que no puede suspenderse son las urgencias, que continúan sucediendo. Un desprendimiento de retina, un dolor de muela que no cede, y otras dolencias que necesitan de atención medica obligan a los aislados a asistir a los consultorios médicos.

Pero la atención ya no es la misma. Menos para las especialidades que tienen una mayor cercanía con el paciente; lo que implica mayores riesgos ante la exposición.

En la pirámide de riesgos de las tradicionales atenciones médicas están los odontólogos, luego los oftalmólogos y los otorrinolaringólogos. Al punto que, los odontólogos salteños pidieron ser declarados profesión de alto riesgo. Mientras que los oftalmólogos no se quedan atrás. «El médico chino que descubrió el COVID-19 es un oftalmólogo que falleció», resaltó Rodolfo Marcuzzi, presidente de la Sociedad de Oftalmología, que representa a 100 oculistas de la provincia.

Los nuevos protocolos de atención que les bajan las asociaciones que nuclean a estas especialidades les exigen insumos de bioseguridad de altos costos, un estricto manejo de los espacios y una reducida atención de pacientes. Para cada paciente de urgencia deben desplegar una atención especial, que, aseguran, no pueden hacerle frente sin la ayuda de las obras sociales, que hasta el momento no dan respuestas.

Los organismos negocian con las obras sociales y prepagas los costos que implican una atención en estas circunstancias, presupuestada en $2.400 por consulta.

Los dentistas son los más expuestos, trabajan en una de las áreas de mayor contagio, la boca.

«Encima del ambo va el camisolín descartable, botas, protector ocular, pantalla, cofia, doble guante. Además el equipo del paciente, gorro, protector ocular , camisolín y botas. Lo único reutilizable es el protector ocular, la pantalla que se pone hipoclorito, pero todo lo demás se descarta», contó Paola Corai, vicepresidenta del Colegio de Odontólogos, que representa a 1.400 profesionales, de los cuales, entre 400 y 500 se desempeñan en la salud pública.

Tanto los dentistas como oculistas primero intentan despejar dudas telefónicas, y solo si se trata de un caso de urgencia atienden en consultorio.

«Nosotros estamos muy próximos al paciente a 20 o 30 cm. Cuando el paciente llama se le pregunta si tuvo fiebre o viene de afuera o en contacto con algún caso confirmado. Cuando llega se le toma la temperatura, y se le pone alcohol en gel, cofia, bata y barbijo. También a las secretarias bata y camisolines, con lentes. Nos vestimos como para una cirugía. Además a esos residuos hay que eliminarlos como residuos patógenos», indicó Rodolfo Marcuzzi.

Pero los protocolos no les exigen solo cambios de vestimenta, sino también modificaciones en los consultorios, que implican costos.

La Sociedad de Oftalmología le pidió al Círculo Médico que interviniera con las obras sociales para la cobertura de las consultas COVID-19. «Me contestaron que no era momento de incremento de aranceles. Pero yo le dije que es cobertura, no incremento», defendió Marcuzzi, y aclaró que el Círculo se reunirá con autoridades del IPSS. Por su lado, la Asociación, la Sociedad y el Círculo de Odontólogos mantienen conversaciones.

Marcuzzi cruzó a las obras sociales: «Ellas recaudaron considerablemente en estos días que nosotros no trabajábamos y ahora no quieren cuidar al paciente ni al profesional» .»Nosotros somos vectores de contagio. Si no nos cuidamos nosotros podemos contagiar a los pacientes», indicó Corai. Mientras que el oftalmólogo advirtió que de ninguna forma pueden exponerse tanto.

Fuente: El Tribuno

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